Agosto 2023 | 65 Tan pronto regresó a Estados Unidos, Morse instaló su famoso estudio en Nueva York, desde donde adquirió una moderada fama como retratista y se mezcló en algunos de los círculos intelectuales más relevantes del lugar. Durante sus primeros años persiguiendo el camino del artista, a la edad de 27, Morse conoció a Lucrecia Walker, una joven inusualmente culta para los estándares de la época, de la que se enamoró y a la que convirtió en su musa y esposa. Tuvieron cuatro hijos, pero poco tiempo después de dar a luz al último, ella falleció, episodio que lo dejó completamente desconsolado y lo empujó a regresar a Europa para intentar superar su tragedia. Los ingresos que recibía el pintor por su trabajo artístico apenas le alcanzaban para mantenerse a sí mismo, incluso llegó a pasar algunos días sin comer a la espera de clientes para retratar o estudiantes para instruir. No obstante, una mezcla entre talento y disciplina lo disuadieron de abandonar prematuramente esa vocación artística original para dedicarse a recrear piezas pictóricas emblemáticas de la independencia de su país y de los procesos revolucionarios europeos. Tal fue el caso de la más célebre de sus obras, el Coopidrogas En 1837, MORSE abandonó su CARRERA como ARTISTA para dedicarse a los EXPERIMENTOS.
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