Agosto 2023 | 67 Coopidrogas un sistema eléctrico de transmisión de mensajes a partir de un sofisticado estándar de códigos basados en secuencias de puntos y líneas. A este modelo comunicativo de caracteres binarios, que se convirtió en el primer método internacionalmente estandarizado para elaborar mensajes, se le conoce, hasta nuestros días, como el “alfabeto Morse” o “código Morse”. La patente del invento le fue concedida a Samuel Morse en 1843. Al año siguiente, el Congreso de Estados Unidos aprobó un plan de financiación de 30.000 dólares para la construcción de una línea telegráfica experimental que se extendió a lo largo de 60 kilómetros, entre Washington y Baltimore. Con el esquema instalado, el momento crítico que puso a prueba tanto la funcionalidad del modelo eléctrico como la eficiencia del alfabeto Morse se produjo el 1° de mayo de 1844, cuando se transmitió la noticia de la nominación del senador Henry Clay como candidato presidenciable por el partido Whig. El mensaje viajó desde Baltimore, donde tenía lugar la convención del partido, hasta el Capitolio en Washington, donde fue recibido y decodificado con total claridad. Los resultados del experimento fueron tan alentadores que no pasó mucho tiempo antes de que se empezara a proyectar la implementación de complejas redes de comunicación telegráfica a lo largo y ancho de Estados Unidos y Europa. Menos de un mes después de la exitosa prueba, Morse transmitió desde la cámara de la Corte Suprema, ubicada en el sótano del Capitolio, hasta la ciudad de Baltimore uno de los mensajes que quedó grabado para siempre en la historia de las comunicaciones del pueblo estadounidense: What hath God wrought? (¿Qué ha hecho Dios?), el cual fue tomado de una cita bíblica proveniente de Números 23:23. años de vida a la filantropía haciéndose benefactor de obras culturales, iniciativas artísticas y proyectos de beneficencia social. Adicionalmente, tuvo que lidiar durante los años posteriores a su éxito con la opinión de quienes culpaban a su creación de todo tipo de perversiones y con científicos e inventores, tanto de su país como del extranjero, que buscaron disputarle la propiedad intelectual del telégrafo eléctrico. Buena parte de dichos litigios mermó después de que, en 1854, la Corte Suprema de Estados Unidos le concedió definitivamente a Morse los derechos intelectuales sobre el sistema telegráfico. Finalmente, poco antes de su cumpleaños número 81, el inventor del telégrafo eléctrico y de su respectivo código alfabético, falleció el 2 de abril de 1872, a causa de una neumonía, en el lecho de su casa, ubicada en la calle 22 oeste de Nueva York, y fue sepultado en el cementerio de Green-Wood en la misma ciudad. El código Morse fue el primer método internacionalmente estandarizado para elaborar mensajes. Un vanguardista de ideas POLÉMICAS Además de sus actividades artísticas y científicas, Samuel Morse incursionó de manera ocasional en la política neoyorquina en defensa de ideas que hoy serían consideradas anacrónicas. Respaldó con ímpetu la causa de la esclavitud y llegó a postular en un tratado, titulado Un Argumento sobre la Posición Ética de la Esclavitud, la idea de que esta “es una condición social ordenada desde el principio del mundo para los fines más sabios, benévolos y disciplinarios, por la Sabiduría Divina. La mera tenencia de esclavos, por lo tanto, es una condición que no tiene per se nada de carácter moral en ella, más que el ser padre o empleador o gobernante”. Además, se destacó por su fuerte activismo anticatólico, con el cual buscaba enemistar a las instituciones de esta corriente con la población protestante y prohibir su participación en los asuntos de la administración pública; también fue antiinmigrante. Bajo estas banderas se postuló infructuosamente para la Alcaldía de Nueva York por el partido Nativista. BIENAVENTURADOS ÚLTIMOS AÑOS Con la adopción exponencial del invento por parte de las potencias emergentes, la fama de Morse creció en proporción a su fortuna, razón por la cual dedicó sus últimos
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